Del trato y del mal trato (en esta casa de locos)

Nuestro Diccionario relaciona la palabra convenio con trato y con contrato (buen juego de palabras).
Un convenio ha venido entendiéndose últimamente “en esta casa de locos” como una ocasión para controlar mas allá de lo que la buena fe puede permitir.
Aunque lejano, no puedo olvidar los intentos de “personajes” que, pretendiendo el control a toda costa, y lejos de poder ejercerlo directamente, se colocaron tras las bambalinas intentando su influencia sobre los que se encontraban en la escena. Personajes que en estos momentos ocupan el proscenio aunque sigan escondidos tras la sombra. Personajes que han cambiado su discurso para adecuarlo a sus intereses. Personajes que lo son de una obra en desarrollo sin que por ello puedan ser personajes (personas de calidad según nuestro reiterado Diccionario).
A pesar del paso del tiempo y el cambio de papeles en ese escenario, su objetivo y su comportamiento sigue siendo el mismo: el control desde las bambalinas. Un control que trasladan a personajillos que, gracias a la intervención de aquellos personajes, cumplen su papel como si fuesen los que realmente se encuentran en la escena.
No haya cuartel, que todos los que se dicen “representantes” de una mayoría se quiten la mascara.
No haya cuartel, que los que se esconden moviendo los hilos de esos títeres den la cara.
Que el odiado color amarillo en los escenarios está inundando por completo las salas, cegando a los que sienten e intentan realmente “representar”.
Porque interpretar trato como convenio no es lo adecuado a pesar de estar relacionado. Si el contrato no se extiende a la escena, no hay obra, no hay actores, sólo marionetas con la única capacidad de repentizar lo que se les dice.
Por eso conviene usar bien el lenguaje y, mas allá del mero palabrerío, interpretar adecuadamente la obra.
El escenario afecta a todos: actores, público e incluso a los que siguen escondidos tras los telones.
Actuemos pues todos para que la obra llegue a ser aplaudida, para que mas allá del burdo control de los “personajes” nos encontremos con auténticos personajes en cada rincón del teatro.

1 comentario:

Carmen dijo...

Me dejas sin palabras a la vez que sin aliento...¿me he equivocado de blog? huy no era este el sitio...perdon