La denuncia de "un particular"



La respuesta no se ha hecho esperar. A las pocas horas de anunciarse la existencia de una denuncia por la situación de RTVV S.A.U. en la que a los trabajadores no se les está dejando trabajar, en contra de cualquier norma y por supuesto, siempre a mi modo de ver (que no necesariamente ha de ser acertado), el señor Ciscar ha denostado la denuncia argumentando que el Ejecutivo valora con la «máxima tranquilidad» la denuncia que un particular ha presentado contra el presidente Fabra, por malversación de caudales públicos ante la situación producida en RTVV.

Las opiniones son eso, opiniones, otra cosa es lo que un determinado Juez o la propia Fiscalía considere. Eso no son opiniones, son el resultado de su trabajo encaminado a la aplicación de la justicia.

Por ello yo, como denunciante, me he limitado a exponer los hechos. No he hecho ninguna valoración sobre la situación y no hubiese cuestionado en absoluto, de producirse, la no admisión de la denuncia.

El valor de mi acción no es el de haber dedicado horas y horas a la elaboración, porque, he tenido que ser yo sólo, sin ayuda de ningún tipo el que ha formulado y presentado la denuncia. 

Una denuncia que no obedece, aunque méritos haya realizado el señor Fabra, a ningún tipo de venganza, represalia o animadversión sino al hecho real de considerar injusta una situación. Esa es mi denuncia.

No puedo, y nadie debería hacerlo, cuestionar, donde pueden llegar las actuaciones judiciales porque eso es cuestionar, y Fabra (aquí lo de señor sobra) lo ha venido haciendo hasta el extremo de no cumplir con las sentencias emitidas por los tribunales, la capacidad de independencia de los Jueces y Fiscales.

Sigo creyendo en la independencia judicial y en la valía de esas personas que día a día se ven obligados a aplicar las normas a favor o en contra de los ciudadanos. Cuando la clase política adopta las resoluciones por propio interés, cuando cuestionan las actuaciones de una ciudadanía oprimida por sus abusos, cuando llegan a pensar que hemos vuelto a la edad media donde los señores feudales tienen todos los derechos... solo nos queda confiar en que algún “particular” o desconocido, se atreva a cuestionar esos comportamientos y confíe en una sociedad democrática en la que al menos uno de los pilares (el poder judicial) sea capaz de comportarse según criterios objetivos.

Por abundar en lo ya  escrito en el artículo anterior, por dejar clara la situación real de los trabajadores de RTVV en este momento, planteo las siguientes cuestiones que se apoyan directamente en las normas laborales vigentes.
El permiso retribuido indefinido (cuya fecha de finalización se desconoce) no existe. Los permisos retribuidos, como ya comentaba han de tener causa en la situación del trabajador y no en la voluntad del empresario. 
Señor Fabra, se la está jugando, vulgarmente dicho. Y lo esta haciendo porque lo que usted considera retribuciones de esos trabajadores, a los que ha enviado a casa con el supuesto permiso retribuido, no lo son legalmente porque no están retribuyendo el trabajo. 
Dicho de otro modo usted esta regalando dinero publico a quienes quiere quitarse de encima pero la justicia se lo ha impedido. Y eso tiene un nombre: malversación de fondos públicos y un apellido: delito.
Aquí hay que hacer referencia a sus reiteradas manifestaciones sobre la imposibilidad de cumplir la sentencia judicial. No lo ha hecho y eso es exigible ante la jurisdicción. Usted esta sujeto como cualquier otro ciudadano al imperio de la ley, equivocada o no. Como los jueces han de cumplir los decretos que usted, equivocado o no promulga y así lo hizo el juzgado de Paterna.
Hay en la normativa laboral española una figura curiosa que sería la única asimilable a lo que esta sucediendo en RTVV: el cierre patronal. La ley permite esta medida, que no se trata de un derecho constitucional como el derecho de huelga (derecho fundamental), cuando se trata de un cierre cuya causa sea la protección del empresario o de sus bienes, es decir como medida defensiva. Eso significa que previamente ha habido un situación que justifique esa medida. En RTVV nunca ha sido así. Curiosamente en esta situación se prohíbe expresamente la ocupación ilegal del centro de trabajo, pero no es el caso. La situación bien distinta es que jamas y reitero, jamas, la ley impide la simple permanencia en el puesto de trabajo en caso de cierre patronal.
Y señor Fabra, como ya le indiqué en el artículo anterior sus asesores tienen muy poca idea de derecho laboral. El desalojo que se produjo en RTVV a instancias de un decreto suyo y ejecutado por la autoridad judicial, en el entendimiento de que dicho decreto era legal y por el simple hecho de haber sido publicado con las supuestas garantías legales, desde el punto de vista laboral no es aceptable, es mas, es absolutamente ilegal.
Señor Fabra no confunda la calle, que puede hacerla suya para construir circuitos, estatuas, aeropuertos, hospitales supuestamente privados que acabaron siendo públicos, fundaciones inexistentes, etc., etc., que ha supuesto un desembolso para cada valenciano absurdo e incalculable (sin considerar los sobre-costes de tanto y tanto político corrupto), con un puesto de trabajo. NO es lo mismo y sus asesores deberían decírselo.


Los privilegiados de RTVV



Mas de uno se regodea al afirmar que en RTVV se encuentran todos los empleados (cuando no son todos) cobrando y sin trabajar.
Esta es una situación que nadie puede entender. Y al decir nadie me refiero a los que la sufren y a los que la contemplan.
La administración del señor Fabra, a la que ahora parece que sí pertenece RTVV (cuando hace apenas unos meses se desligaban de las implicaciones judiciales del ERE absurdo, planificado y ejecutado por su Partido), ha decidido “conceder magnánimamente" permisos retribuidos a todos esos trabajadores a los que impide su acceso al puesto de trabajo.
Pues bien, señor (que no honorable) Fabra, pareciere que entre los múltiples asesores de que usted dispone a costa de nuestros impuestos y nuestros derechos como valencianos no tiene ninguno que sea mínimamente capaz de aplicar las leyes laborales.
Posiblemente porque estas no tienen carácter autonómico y sean difíciles de integrar en su jerga legal de intereses corruptos y por ende de aplicar en este, su feudo.
Señor Fabra, los permisos retribuidos según la legislación laboral tienen siempre, y digo bien, siempre, un carácter causal. Ha de haber un hecho que los justifique y ese hecho la ley lo pone en las situaciones particulares de los trabajadores, no del empresario.
Si como usted ha argumentado la causa es la falta de trabajo, como consecuencia de una decisión empresarial, esa situación recibe otro nombre: suspensión temporal de empleo y sueldo. Y otras consecuencias: no ser un lastre para que no pueda usted justificar el cierre de RTVV.
Usted no está cumpliendo la sentencia que el Tribunal Superior de Justicia impuso a RTVV. Ha situado a sus trabajadores en una situación de ilegalidad que ademas supone un coste innecesario para el conjunto de valencianos (palabras, estas últimas, suyas).
Ante esta situación lo único que está preparando es la declaración de ilegalidad de todo el proceso que usted ha iniciado. Veremos a ver que le aconsejan sus asesores en ese momento.

Sirva de advertencia, que no de amenaza, el hecho de que han de cumplirse todas las leyes, no sólo las que usted dicta para bien de sus allegados de partido y amigos, sino las que en otros ámbitos han venido conformando  este Estado de Derecho que usted pretende eliminar.

Sea valiente señor Fabra



Previo a descubrir mi primera expresión, que no es mía como todos sabrán: ¡Que se jodan! Que se jodan todos aquellos que han dilapidado el abundante dinero (400 euros) que el Estado les ha estado pagando porque ahora ha dejado de pagárselo y ya no podrán malgastarlo en televisores de plasma mes tras mes. Ahora sabrán lo que es bueno. Sabrán lo que es volver a tener que soportar a los padres, cuando antaño huyeron de ellos, depender de sus sueldos y sin que ahora puedan llegar a tener asignación mensual para la disco, como años atrás pasaba.
El cabecilla de este conjunto de impertinentes que insulta así a las personas que le dan de comer, porque cobra de los impuestos de todos nosotros, agradece en este momento la solidaridad de las familias sin las que no se podría haber superado la situación, no superada por cierto.
Y desde aquí señor, no muy honorable porque la honorabilidad hay que ganársela y usted no lo ha hecho, Fabra, le digo sin la agresividad que se merece, sin el desprecio que está consiguiendo de cada uno de los valencianos que dentro de poco dejaremos de serlo,. le digo, repito, bájese a la calle, baje a comprobar cómo familias enteras están viviendo en umbrales de ingresos que apenas les permiten malnutrirse.
Baje y comprobara que hay familias que subsisten con los ingresos de los jubilados, porque los que están en edad de trabajar no encuentran trabajo.
Bájese y comprobará que lo que están ustedes haciendo, probablemente con intención, es eliminar una clase media que sustentaba al país e incrementar las bolsas de pobreza.
Baje y comprobará cómo aquellos que se han visto favorecidos por las sucesivas administraciones de su partido son los que únicamente tiene posibles y ademas en abundancia, sus amigos, sus familiares, sus queridas y hasta sus perros. Pero nunca quienes han proporcionado con su trabajo esa posición de privilegio que día a día ustedes van consolidando, esos nunca se verán favorecidos, sino que muy al contrario, serán quienes acaben trabajando más para que sus amigos empresarios consigan mejores beneficios por la vía de la mano de obra barata. No por la de la inversión ni por la de la investigación.
Señor Fabra baje a la calle a comprobar cómo vivimos los que no tenemos sus privilegios y pregúntese por una vez el porqué de esas diferencias y cómo es posible que una Constitución las esté permitiendo ahora cuando durante 30 años no lo ha hecho.
Y sobre todo, al bajar reflexione si la situación la han provocado sus compañeros de partido, usted en colaboración con ellos o si ha sido usted solo. Porque en las manos de quienes nos gobiernan están la posibilidad de hacerlo bien, de equivocarse y de rectificar pero sobre todo en un estado supuestamente democrático, la obligación de respetar a las mayorías ya que a las minorías no se les está respetando a pesar de ser ese el objetivo de la democracia.
No le digo el manido váyase, le exijo la valentía que supone la honradez de la que hasta ahora no ha hecho gala.

Sea valiente señor Fabra y conseguirá ser honorable.