La teoría del punto gordo en economía



Los grandes teoremas siempre han tenido su aplicación a otras ciencias distintas a las que originariamente les dieron causalidad. Y es aquí desde donde se pretende trasladar al área económica la gran, la maravillosa teoría sobre la que hasta uno de los grandes genios de la actualidad que hoy cumple años (felicidades desde aquí) ha teorizado, expresándose del siguiente modo:
Y en un principio... toda la materia y energía estaba concentrada en un punto... solo que ese punto era muy gordo... Muy muy gordo... de hecho... que todavía hoy sigue concentrada en ese punto" Stephen Hawking sobre el Teorema del Punto Gordo.

No es la única interpretación del teorema. De hecho en geometría tiene una aplicación curiosa a la par que valiosa en relación a la imposibilidad de coincidir dos rectas paralelas. Todo dependerá de lo gordo que llegue a ser el punto que las separe para que al final acaben confluyendo.
Para los ajenos a las ciencias y los que precisamos una concreción de las palabras que utilizamos lo mejor es acudir a la fuente. En este caso, por lo excepcional de la teoría a la que estamos haciendo referencia, la frikipedia (que no por su nombre deja de tener valor el contenido cultural que desarrolla) : Este teorema, puede resumirse y simplificarse con el siguiente enunciado: Si una recta tiene que pasar por un punto, y otra no pasa, se hace el punto mas gordo hasta que pase y ya está.

En efecto, el brillante teorema es el Teorema del Punto Gordo, que como hemos visto se ha aplicado a la física, a la geometría y ¿porque no aplicarlo a la economía?.
Algún avispado pensará que la economía no es una ciencia suficientemente importante o “científica” como para que se llegue a aplicar. No obstante, no debemos (y menos desde este blog) menospreciar a nada ni a nadie. Y por ello la pretensión es extender la Teoría del punto gordo a esa ciencia que nos es cercana, que en los últimos años ha sido la que mas tinta ha hecho verter en papeles y pantallas: La Economía. Ciencia que para unos es decisiva para el desarrollo de la humanidad y para otros la única salvación del sistema de vida que hemos venido desarrollando.

No desvelaremos hasta la próxima entrega cómo aplicar la conjunción de esa “gran ciencia” económica y esa “maravillosa” teoría del punto gordo.
Sólo un anticipo. Si la teoría del punto gordo ha resuelto el problema infinito de las rectas paralelas y el de los elementos físicos existentes... ¿cómo no va a poder resolver los problemas que la ciencia económica plantee?

Jurisprudencia y reivindicación



No se si a lo largo de la trayectoria de este blog, se ha llegado a entender que la razón casi siempre es del trabajador.
Nada mas lejos de mi objetivo. La razón se le ha de dar a quien realmente la tiene. Y para llegar a aplicar ese “realmente”, no hemos de acudir a la realeza que nos lo diga, hemos de echar mano del sentido común, de lo que nos dicta como mejor sabe nuestro corazoncillo pero siempre sin que nuestro interés merme nuestra objetividad.
Complicado tal vez en los tiempos que corren en los que el personalismo, el individualismo a ultranza nos llevan por derroteros que nada tienen que ver con lo realmente objetivo.
Tal vez por eso quiero erigirme en Quijote de causas perdidas, e intentando aplicar ese sentido común que alguien puede pensar que se quedó en el camino, encontrar, con la mas grande de las humildades, donde se puede estar mas cerca de la verdad, no de esa verdad absoluta, difícil de encontrar, sino de la verdad del día a día que nos acompaña en nuestro peregrinar.
Hoy, sin ir mas lejos, he podido recordar los extremos de la miseria humana entremezclados y por ello no sólo del lado del empresario, sino también del trabajador.
Una reunión especial en la que una parte ha intentado hacer ley de lo que no es. Con prepotencia y desprecio, con sangre y sal, para que el dolor sea lo mas fuerte posible y para que el contrario se sienta derrotado antes de iniciarse la lucha.
Loable empeño si estuviésemos en la arena y nuestra vida fuese a durar como antaño unos minutos, apenas horas.
Pero la vida es larga y el dolor infringido se va acumulando gradualmente, no es por tanto sólo cuestión de unas horas, los años pasarán y el dolor persistirá, acrecentado.
Aunque la otra parte ha conseguido que su padecer se extienda a todos y por ello llegar a considerar que cuando se reparte el mal duele menos.
No, no, y no. No han de repartirse las responsabilidades, hay que ser capaz de asumir las consecuencias de nuestros actos. Y ha de hacerse con la frente alta y con la verdad por delante. Aunque esa verdad no nos guste. Pero debemos sinceridad a quienes han confiado en nosotros.
Por eso la miseria alcanza a ambas partes, una obsesionada con la aplicación de una norma que no lo es, para con ello conseguir un objetivo que queda lejos de su alcance.
La otra con la ignorancia y la torpeza de pensar que sólo con las reivindicaciones, en un momento en el que el personalismo es absoluto, se puede llegar a algún sitio. Y lo peor de ello dejando al margen la verdadera reivindicación de un derecho que sí le correspondía pero que no ha querido ejercer. Por no marear y a quienes han sufrido anteriores escritos me estoy refiriendo, claramente, a la sentencia de marras. La empresa hace ley no ya de la sentencia sino que va mas allá intenta que sea ley todo el texto de la misma. Cuando legalmente las sentencias de la Audiencia Nacional “nunca” y repito “nunca” sientan jurisprudencia y por ello no son aplicables directamente y menos aún los posibles fundamentos de derecho utilizados en ellas para justificar el fallo.
La otra parte usando un argumento planario, ha preferido no “casar” (demostrar los fallos del conjunto de la sentencia, que en escritos anteriores se han comentado) por una cuestión no ya de razón o de capacidad sino… de dinero.
Y desde aquí les reto a que efectúen sus cálculos de cual va a ser al coste (para los trabajadores, como siempre) de una medida absurda cuando la sentencia de marras era tan fácil de desmontar como un castillo de naipes.
Cuando nos soliciten ayuda tal vez los naipes hayan devenido en roca y no queden fuerzas para destrozar el castillo...
Sensatez y responsablidad, reclamo a unos y a otros. Todos la necesitamos.