Otro año, otros propositos

Todas las civilizaciones tienen marcado en su calendario uno o varios momentos, a lo largo del año en los que se proponen la “renovación de sus vidas” ligada a los cambios de ciclo.
El inicio del año (señalado cambio de ciclo) es, para muchos, el inicio de nuevos y buenos propósitos: dejar de fumar, hacer ejercicio, comportarse mejor con la/el parienta/e, adelgazar un poco....
Hoy, aquí, quiero hacer nuevas propuestas de renovación, con intención de sumarlas a las anteriores pero con el propósito de que no queden en meras intenciones (como sucede habitualmente con aquellas): Renovarnos como individuos, dando rienda suelta a nuestras capacidades personales y sociales, escuchando a quienes nos rodean (no solo oyéndolos), apoyando a quienes se esfuerzan por un mañana mejor sin esperar recompensa, enfrentándonos a quienes quieren destrozar nuestra vida y nuestras ilusiones, cultivando la alegría que debe dar haber llegado a un año mas, compartiendo nuestras ilusiones y esperanzas, enfrentándonos a nuestros miedos y pesadillas con valor, y sobre todo intentando, hasta conseguirlo, que el sentido común invada nuestro día a día, sin dejar hueco para las envidias, las afrentas o, porque no incluirlo, las malas ideas.
Quien, temeroso, haya leído lo anterior pensará que el blog ha cambiado de autor o que el autor ha cambiado. Ni lo uno ni lo otro. Estar alejado del puesto de trabajo hace que se tenga perspectiva para ilusionarse pensando en lo que debería ser y no fue. El síndrome del "viaje de bodas" nos acaba afectando a todos. Pero hasta que llegue el enfrentamiento disfrutemos utópicamente de una realidad posible, aunque difícil.
Bienvenidos a todos a este nuevo año, reto, como otros, de nuevos acontecimientos que nos harán vibrar y sufrir pero que sobre todo nos recordarán que seguimos ahí, en esa brecha que como el rayo “no cesa”.

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